24 de agosto de 2009

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AKÚSTIKO DE RAMERA - PLENO 25 DE SEPTIEMBRE EN BERLIN
ramera se ambienta acústica y rara, dándole susto y pesadilla a la primavera, en septiembre, en berlin. la primavera se moja, se quema y goza. info: http://www.myspace.com/ramerarosario








Que no estoy jodiendo !!! se viene el día D de los peces.

EL DÍA D DE LOS PECES



La cosa consiste en que a partir de ahora, todo lo que está bajo el mar sube con escopetas y granadas, mientras ustedes duermen, nosotros los decapitamos.

Mentira salame, no corras al baño a matarte que acá somo todo pacifista.

Me presento, mi nombre es experimento 8, soy una invención del lisérgico Dr Pimienta, soy uno de sus 13 discípulos, el nadador. Mi misión es comunicarte lo siguiente:

Todo átomo de la materia está sujeto a otro átomo por delgadísimos hilos eléctricos, eso, salame, hace que el encendedor que tenés en la mano no se disuelva como arena, y que en el peor de los casos no rebote hasta el sol al chocar y ser impulsado por el piso.

De la primer planta que hubo en el planeta sale un sueño tan placentero y real que adquiere consistencia física verdadera, en carne, piel, y hueso. Este sueño trae la respuesta en si a esa pregunta, “ la pregunta ”, te vas a despertar sabiéndolo.

Ninguna de estas 2 cosas va a solucionarte la vida, ni tampoco la despenalización del porro, mucho menos a mi que ahora tengo que volver al mar y me espera mi esposa la pez martillo.














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23 de agosto de 2009

RAMERA AGÓ LAS ELECCIONES PARA DIOS DEL 2016

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Ramera ganó “ por afano “ las elecciones para Dios del universo año 2016.
Nosotros le preguntamos como se siente en cuestión, y que planes le deparan al futuro del mundo.

Llego a la quinta en el 4to parque de los limbos mashayaénces, ramera está meditando en pose de buda, flotando en el aire con una pipa llena de crack, porro, bebidas blancas flamables, mas crack y algunas ovejas.


- para ser Dios hay que estar inspirado (y a continuación se raja una estrepitosa flatulencia).

En primer lugar pienso economizar un par de cositas que me ponen de la cabeza.
Como puede ser que cada vez que se crusifique a algun pelotudo usemos una cruz de roble que pesa como 120 kilos, tamo todo loco ¿? E ¿??’ e???? Eso provoca mi ira (arroja un rayo y mata al padre Ignacio) a partir de ahora al que se quiera crusificar me lo voy a montar en un huevo y lo voy a hacer repimporotear el resto de la eternidad.
Yo voy a dar el buen ejemplo de lo que es una verdadera crusificada, voy a usar mi poronga de mastil y que me aten una maderita nomas a los brazos, cuando vean que flipé (del verbo flipar, caputar, dead), me bajan, y me usan de asadito y se hacen un mega choripan con mi japi, manga de topus.

En segundo lugar, no pienso hacer esa gilada de la resurrección, todo lo contrario, voy a ordenar a mis lameculo reeditar esa biblia aburrida del orto que tenemos, voy a hacer que escriban y pongan ilustraciones de mi tremenda y soberana poronga, así de paso el paraiso pasa a ser mas partucero, la frijides al infierno !!! el paraiso pasó a ser tirarme mi majestuoso piolin las 24 horas del mas hayá.

Para terminar quiero que se sepa una cosa que a mi realmente me superó, y es que Jesus anda resurreccionando y se está mandando cualquiera, quiere plata nomas, a su nombre están productos conocidos, entre ellos la coca cola, el cartel de medillín, los supermercados coto, y ahora quiere hacer un reality de resurreccionados con Saddam, Rob zombie y el rey Arturo, va a ser demaciado malo, le voy a quitar el derecho de resurreccionar y se vá a cagá todo guachín.

Me despido con esta flatulencia, saludos a Titito, a Franquito, a miguel y a todos los que muevan la sarlanga en la tierra, muchos besitos.


Así se despidió ramera dios del 2016 en un limbo equivocado e insano.
Pueden irse bien a la mierda,.


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RAMERA EN EL ANTIFESTIVAL SIN MARCAS - EN EL GALPÓN 11 - SÁBADO 8 DE AGOSTO DEL 2009

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el quipo de la productividá

























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8 de agosto de 2009

RAMERA SE POSTULA PARA DIOS EN LAS 4RTAS ELECCIONES DEL MAS HALLÁ

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Así es, todos están asombrados por esta repentina aparición en los afichitos que empapelan el limbo.

En la conferencia de prensa ramera dijo:

“ Si me elijen como Dios, la existencia será un poco mas relajada, no como la diseñaron estos gilipollas endrogados” .

* Montaría en el cielo un montón de tiendas donde puedan abastecerse de lo que consideren necesario para tener una vida prospera, como por ej: corazones, columnas, piernas y pulmones de repuesto, y si te quedás corto hay un servicio completo de delivery para enviar mas partes. cuando te aburras de estar vivo y quieras descansar pones 1,75 $ en la cabinita de suicidio y te venís a un retiro espiritual a alguna de nuestras quintas. .

* Propongo agregar paisajes post-modernos a los que ya crearon mis coleguitas, tenía en mente algunos ríos de porrón y montañas de porro con la puntita enfrulada, y a esos constitucionales que en la tierra te mandarían en cana por apologiar estas maravillas de la naturaleza, los vamo a hacer repimporoteár: "que se los coja Carlo Saul en la cloaca del infierno".

* Implementaría órganos modernos dentro del sistema anatómico del ser humano, como para no tener la obligación de comer, o tener frío, salvo que uno decida que los quiere experimentar, entonces tendrá instalado en su brazo una botonera de sensaciones facil de utilizar … "todos podremos andar en pelotas o emponchados cuando se nos cante el cometrapo, ademas de solucionar todo problema nutricional como extra: las papafritas y todas las cosas que son ricas y generan colesterol pasarán a ser saludables y dietéticas, ejemplo pizza con panceta y los huevos fritos con mayonesa y trozos de bucéfalo, las verduras generarán cólicos endemoniados y tumorosos que los harán defecar violeta”. .

Como para terminar esta conferencia, por que soy una chiquita zorra de pocas palabras… voy a resumir mi mandato celestial con esta oración:

“ a partir de este momento, las cosas van a ser como si mezclarías la Revolución Intelectual Pacifista con el GTA San Andreas, lo digo muy enserio, no vine a rascarme el culo como Buda".


ESTO DECLARÓ RAMERA EN LA CONFERENCIA QUE SIRVIÓ UNOS CANAPES DE 4TA

Los partidos opositores tuvieron reacciones exageradas e injustificables, como ese amargo de Poseidón que se clavó el tridente en el ocote y salió nadando como sirenita, Dios y Zeus declararon ser homosexdioses que no sé que tendrá quever, y Rá se cambió el nombre a Rámiro cansado de que le canten una canción que dice Rá – Rá Ráscame esta acá, Ráscame el pajarito.

INFORMÓ MOISÉS PARA LA C. DE SU HNA.



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CRONICA RAMERA by DR. Pimienta.

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Fui convocado a ser el cronista de Ramera sin saber si se trataba de un grupo de rock, de una marca de ropa informal para preadolescentes o de una célula dormida islámica que atacaría fornicando al occidente infiel…. Bien pensado, todavía no tengo en claro qué es Ramera, tal vez porque es un poco de todo eso; pero ahí me encontré, con el vocalista, el guitarrista y el bajista de una banda a la que jamás había escuchado… perdido en un bosque de Entre Ríos. El lugar me impactó por su mística. Tal vez eran los estridentes gritos del Gato, cortando el silencio del monte con su “cucurruuuu” (¿lasciva imitación de un búho narcotizado?); o quizás eran los árboles, elementales y silenciosos; o la alfombra de aleatorias bostas de vaca (que debido a la sequía eran sólo eso: “imbéciles bostas de vaca”); o al murmullo del Rocha, que transcurridos algunos minutos en el lugar podía transformarse en parte del silencio. De todas maneras, fiel a mis principios, me presenté a esa suerte de entrevista laboral con mi dosis mañanera de barbitúricos mezclados con alcohol, en ese caso Marcela vermouth, soda y limón… así que tal vez (las dudas no dejaron de aparecer en ningún momento) la “mística” solo dependía de mi ebriedad y de mi localización espacio temporal en ese metafísico atolladero de bosta, mosquitos y yuyos. Al fin y al cabo acepté el trabajo, más que nada porque emitir una negativa hubiera significado tener que regresar sólo a la ciudad de Villa Elisa… empresa imposible de realizar ya que tras unos cuantos virajes entre los árboles yo ya no sabía hacia qué punto cardinal apuntaba mi extraviado culo . Lo primero que supe fue que por la noche la banda se presentaría en “Iguana”, un pub que por el nombre prometía. La conjunción entre RAMERA y un sitio llamado Iguana se me figuró como una promesa de vivir algunas horas locas en el Bagdad Café tomándome unas ginebras mientras una suerte de primitiva hieródula me tiraba la piola… pero mis pronósticos fallarían. Comprendí la necesidad, antes de que llegue la noche y con ella el concierto, de interiorizarme un poco acerca de las ideas que el grupo tenía en cuanto a la música, pero los Ramera se limitaron a bañarse en el Rocha y a hablar de cualquier cosa menos del recital que debían dar en algunas horas. Dejé que las cosas fluyan y me sumergí en la miscelánea conversación, que zigzagueó entre temas tan disímiles como la astronomía, los principios de la fotografía y los probables efectos de la anestesia para perros en la sinapsis humana. Me sentí inmediatamente en mi medio natural, el grupo para el que trabajaría parecía garantizarme naturalmente dos condiciones básicas para mi bienestar emocional: despreocupación y desidia. Yo no tenía muy en claro si se trataba de jóvenes escépticos dedicados a la música por una necesidad existencial o si eran realmente estetas del robo y me dejarían sin hojotas al primer descuido, pero me permití tener confianza y para cuando abandonamos el Rocha yo era oficialmente el cronista, manager, fotógrafo y camarógrafo de Ramera. De alguna manera, mi ingreso al grupo pareció solucionar un buen cúmulo de carencias de personal, por la módica remuneración de poder coquetear con las groopies… que todavía no existían, pero que no tardarían en aparecer a juzgar por el buen aspecto que los Ray Ban le daban a Sagripanti y por la necesidad existencial del Gato en remarcar que al él el público le “chupaba la pija”, expresión que yo tomé en un principio en un sentido literal. Como he dicho, llevaba unas cuatro horas en el grupo y ya parecía haber solucionado una serie de grandes problemas (y lo que era mejor: yo no había hecho absolutamente nada aún), por lo que tras abandonar el monte nos dedicamos a pasear tranquilamente por los caminos rurales de Villa Elisa. La fecha parecía más que encaminada. Restaban unas horas, subir al escenario y deslumbrar a la pequeña multitud que iría a Iguana. Además de un par de “detalles” como la falta de un equipo para guitarra y la incierta hora de llegada del baterista, “el burro” Diaz, quien podía llegar temprano, demasiado tarde o no llegar nunca. Pero esas pequeñeces no parecían inquietar a nadie. Me tranquilizó la actitud de la Rata, cuya mirada parecía decir: “si… hay algo muy loco en saber que la luz de la luna parte millones de años antes del presente para bañar la copa de los árboles”. “Qué mirada expresiva tiene este pibe…”, pensé y me recosté con aplomo en el asiento delantero del corsa azul que vaya a saber a quién habría robado el Gato, conductor designado pero sin carnet de conducir. Me despedí de mis representados por la tarde. Antes de recluirme a reflexionar sobre mis múltiples obligaciones como manager, logré conseguir un demo de tres temas. La dificultad con la que se desprendían de su música en grabaciones contrastaba con sus patentes ganas de tocar y romperles el cráneo a todo el que se pare delante del escenario y, desde mi punto de vista, esa era una cualidad fabulosa… esa era la actitud. Cuando llegué a Iguana algo me desagradó. Tal vez el hipnotizante ritmo de las cumbias que el dj se empeñaba en regalar a mis oídos. O las caras de algunos de los parroquianos, que parecían estar muy a gusto con ese ritmo colombiano. O la sospecha de que si me agarraba a trompadas con alguien, a causa de mis diferencias de criterio estético musical, terminaría mal herido en una ciudad que apenas conocía… Por fortuna los tragos eran baratos y desde casi todas las esquinas de la barra podía, si lo consideraba necesario, atinarle un hielazo al imbécil de la cabina. Me dispuse a beber, mientras esperaba a que los Ramera me indicaran cuáles eran sus necesidades… al fin y al cabo yo estaba ahí para aceitar los resortes necesarios para que ellos se sientan a gusto. Finalmente, comprendí que la relación con mis representados se basaría en la madurez y la independencia. Era como si existiera un pacto no dicho. Yo era su manager y ellos mis representados, pero mientras yo no los molestara con mis problemas ellos tampoco me fastidiarían con los suyos. El comienzo del recital me tomó a medio camino en mi ya fanática peregrinación hacia el fondo de “el vaso”. El vaso final. El cáliz exacto que despide a la sobriedad. El cuenco divino y maldito que, inapelable y certero como trompada, vierte gotas de ebriedad pura a quien ose besarlo. Pero el éxtasis, fugaz, huyó ante el presentir de una aparición necesaria, lógica, pero oscura en un principio. Mis ojos se habituaron a la penumbra y mis oídos descorrieron el velo que prudentemente me mantenía como sordo oyente de las cumbias. Cierta tensión (algo de eléctrico habría en el asunto) amaneció en mi epidermis. Mis vastas experiencias chamánicas, hijas de múltiples viajes al Perú, al Amazonas y la Villa la Lata, me impusieron un alerta de predador. Finalmente di con la respuesta. Se trataba de la presencia basta, insondable y muda de Claudio, a la vera del escenario. Muletas en mano, como un quijote mesopotámico, presto a lidiar contra genéticos molinos de viento, preparado para el más intenso de los pogos: el interior. Claudio, ojos de rocker y muletas, su presencia propiciaba el comienzo del recital. Tras un incomprensible pero ensalmador soliloquio del Gato, comenzó a sonar el primer tema, “cerezo”. Lejos de la ruptura glacial que tiene todo comienzo, los Ramera iniciaron su show como si hiciera años, lustros, siglos, estuvieran sobre aquel escenario. La banda sonó compacta y potente desde la primer nota. Agazapado tras sus gafas, Sagripanti desataba incursiones de acordes, que sonaban a tempestad y a traicionero viento. El burro Díaz batía sus parches con la fuerza de un herrero y la precisión de un relojero. La Rata habitaba la penumbra, como si él, su bajo y los graves tonos que las cuerdas parían, formaran parte indisoluble de una oscuridad sonora y compacta, que se complacía en llenar los tiempos. El gato, simplemente, devoraba el escenario, dejando literalmente boquiabiertos a los temerarios parroquianos de Iguana, que descubrieron en ese instante que no cualquiera puede estar delante de un escenario cuando éste es abordado por los Ramera. El recital había comenzado bien. Personalmente intenté deducir alguna necesidad por resolver. Pero todo estaba en orden. La banda sonaba de putas. Claudio mostraba en su quietud un goce tenso, exteriorizado solo por sus ojitos, una tensión de arma nuclear a punto de convertir el lugar en una tapera decorada de tripas… Y yo, “el manager”, estaba debidamente ebrio y ocioso. El público disfrutaba y algunos ya se animaban al empujón y al saltito, como entrando en calor para el pogo, que haría su estrepitosa aparición segundos después. Entonces sonó “Tamborcito pa`l Claudio”. El momento tuvo algo de mágico. Yo me encontraba en un punto equidistante entre la banda y Claudio. Y, tal vez debido a mi ebriedad, me sentí como parado entre medio de Homero y Ulises. Recordé, por libre asociación (de ron, coca y limón) una sentencia griega: “quien no se entrega a la ebriedad de vez en cuando, padece los mismos demonios que quien se entrega a ella todo el tiempo”, o algo así. En fin, me “entregué” a la beberecua. La noche era descifrable. “Reproche los va a dejar babeando y Piyilob les va a llenar el culo de preguntas”, dije a mis adentros. Y así fue.
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Rock sin marcas
Este sábado en el Galpón 11

Con la idea de reunir a bandas a través de la independencia, tanto artística como comercial, el sábado en el Galpón 11 se llevará a cabo una nueva edición del Anti Festival Sin Marcas.RosarioRock juntó a los cantantes Miguel de MeP, Niko de Tercer Módulo y Gabriel de Ramera, para hablar de esta movida que busca generar un espacio de acción común donde convivan diferentes estilos musicales.
¿Por qué está bueno participar de un Anti Festival Sin Marcas?
Niko Luna (Tercér Módulo): Los festivales están buenos, porque tocás con bandas de distintos géneros y eso genera unión entre las mismas y entre los distintos públicos. Luchar diariamente contra lo establecido dentro de la música nos identifica y nos motiva enormemente. Por ser una movida de autogestión y con bandas independientes por ahí el laburo se hace complicado. Pero se disfruta el doble por esa misma razón
Miguel (Muerto en Pogo): Está bueno porque te hace sentir bien que no te impongan una bandera, un telón y demás publicidades que hacen que lo importante del evento sea una marca y los nombres de las bandas que tocan pasan a segundo plano, por eso está bueno esto. Hace que todo sea un poco menos comercial de lo que ya es, por lo menos tratamos de corrernos un poquito de lo normal.
Gabriel Turín (Ramera): Nosotros nos sentimos identificados con la idea de que mientras menos estampitas encima tengas mas uno mismo se es. Nos gusta tocar para la palabra “independiente”, básicamente por que esto nos trae la libertad de trabajar y rascarnos el higo a gusto. Tenemos que reconocer que si la Playboy nos invita a tocar, con gusto nos sacamos las camisetas y los pantalones.

¿Qué creen que le aporta un festival así a la escena de Rosario?
N. L.: Reivindica al under en cierta forma. Hoy no tenés muchas opciones para tocar aunque uno quiera expresarse. Hoy estamos las bandas que estamos, ojalá mañana estén otras bandas y que el antifestival sirva para difundir música, ideales, y todo lo que queremos todos. Un festival siempre aporta y suma. Ya de por si el nombre te llama la atención, y es de alguna manera, un mensaje de resistencia de todas las bandas como las nuestras que hoy por hoy no tienen cabida en las grandes productoras.
M: Le da frescura a la escena, está todo muy centralizado en uno o dos lugares para poder tocar y es terrible las cosas que hay que aceptar pero no hay muchas alternativas, por eso esta bueno este evento. Que haya iniciativas parecidas, me hacen volver un poco atrás en el tiempo donde los recitales eran más independientes, más libres, con más adrenalina y con menos sonido.
G. T.: Aporta una contienda musical de primer level a la ciudad de Rosario, reúne un montón de estilos, que conociendo a las bandas que van a tocar, todos esos estilos van a ser ejecutados de muy buena manera, Don Cogoyo es una gran banda reggae, Máquina Matarife es una rareza excelente, y a Muerto en Pogo le descargué el cd del Taringa y me está volando los pelos, tendría que caer un avión arriba del galpón 11 para que se cague la cosa, de lo contrario repito: es una gran contienda musical de primer level, un gran motivo para celebrar.

¿Puede el rock generar una movida y vivir más allá de las marcas o el sponsoreo?
N. L.: El rock creo que va más allá de una cerveza, de un fernet que te ponga millones para hacer megafestivales. Están buenos, todos los consumimos en algún momento. Pero el tema está en que hay muchos artistas que son totalmente bastardeados por las productoras y productores, esta todo dado vuelta... esta todo como el sistema. Viendolo desde adentro entendemos la necesidad de unirse y combatir contra eso, de generar un espacio nuevo donde el esfuerzo cotidiano para tener un instrumento, para estudiar música, para sacar un disco o salir a tocar nos permita hacer de esta pasión un trabajo.
M: Claro que puede, el rock es todo, de hecho nosotros hace muchos años que estamos y nunca dependimos de ningún sponsor. Y la movida que supo generar Muerto en Pogo en torno a sus recitales la consideramos bastante importante para nuestras vidas, a pesar de que nos hubiese encantado ser auspiciados por Jorgito Jr., o algún frigorífico que nos brinde carne fresca para consumo del grupo.
G. T.: Efectivamente, todo es posible.





Cuatro gaznápiros y un dinosaurio panzón. Por el Dr. Pimienta

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Estuve los últimos 7 meses intentando dar con un recital de los Ramera. Ya lo sé, hubo muchos. Pero resulta que desde nuestro primer encuentro, mi relación con la banda ha tomado carices que no siempre lograron convencerme. De repente, Ramera se convirtió en una “Gran Familia”; lo cual, además de sonar gay, fue el comienzo de mi ruina económica. Por desgracia, yo era el mayor y ante la necesidad de un padre, todos los dedos apuntaron al vejete. Dado es aclarar que nunca sucumbí a la paternidad. Como método de precaución. Precisamente para no tener hijos como el Gato, Fede, Juan o La Rata. ¡Válgame dios! La sola idea me da escalofríos.
En fin, hice lo que todo hombre decente hace en caso de tener que escapar de una paternidad no deseada: me entregué a todo tipo de excesos entre los cuales descollaban las drogas y las putas. Pero era demasiado tarde, los Ramera ya me habían hecho su padre. ¿Y eso que implicaba? La respuesta no tardó en llegar: ellos como buenos hijos querían seguir mis pasos. Por lo cual, de un momento a otro me vi haciendo las del padre, es decir, comencé a pagar las putas y drogas de mis hijos y dejé prácticamente de verlos.
Por un momento pensé en inscribirme en algún tipo de facultad de música, para ver si alguno de esos desarrapados seguía mis pasos, pero deduje que el remedio sería peor que la enfermedad… por lo menos para mí. Afortunadamente pude echar mano de mi título de Dr. y me hice ginecólogo de emergencias. Descubrí dos cosas: en primer lugar que esa profesión no existe (afortunadamente lo descubrí después de agenciarme de una buena cartera de clientas) y en segundo lugar que cumplir con los horarios de visita (evidentemente nocturnos) me impedía ir a ver a mis hijos cuando tocaban en vivo.
Así que un buen día los senté a la mesa y al finalizar la comilona dije: “Vamos a comenzar todo de nuevo. Yo vuelvo a ser su cronista – manager y ustedes me pagan un sueldo”. Pero se negaron rotundamente argumentando que las decisiones de la banda sólo se toman por votación. Y por 4 a 1 se decidió que yo seguiría siendo el padre y que el almuerzo corría a mi cargo. Imaginándome lo caro que me saldría el postre, exigí: “¡Seamos 5 hijos! ¡Adoptemos otro padre!” Nuevamente se negaron (4 a 1) argumentando lo siguiente:
(Gato) – ¿quién querría adoptar a 4 gaznápiros y un dinosaurio panzón?
(Juan) – sos demasiado viejo para vivir… lo que se dice VIVIR, pero lo suficientemente joven para producir divisas… sos… el pater familias, el macho alfa del clan, sos ¡lo más!…¡Papá!... (luego me abrazó estruendosamente, para preguntarme discretamente al oido si le daba 50 pesos)
(Rata) – ¿por qué no te tirás un pedo? … shh… ¡seee!… y hasta que conseguimos otro padre ¿Quién pone la papota? ¿Kirchner?
(Fede, tarde, demoró demasiado en el baño) - ¿Eh? ¡¿Nah?! Conseguite una viejita con plata... ahí si nos hacemos hermanos y le damos masita entre los 5…. ¿tenés 10 pesos?

La última moción que, como padre, permití se vote, arrojó sintéticamente lo siguiente:
Yo debía comenzar a asistir a sus recitales. O por lo menos abonar la entrada. Al cabo, decidieron que no vaya a verlos pero que abone mi entrada de todas formas y la de ellos cuatro también. Cincuenta pesos, para redondear. Finalmente los convencí de que por lo menos me dejaran asistir al próximo show. Y si… el postre fue carísimo. Tras abonar, la abultada entrada de 557 pesos, me encontré dos días más tarde en Casa encantada.
Considerando que he devenido en un padre con un marcado instinto filicida y que mi entrada fue bastante más cara que la del resto de los mortales, me permito realizar las siguientes observaciones y críticas.
Lo primero que descubrí fue que mi dinero no estaba yendo a parar a la compra de equipos. Me sentí invadido por una irascible sensación de ternura paternal cuando el gato dijo: “disculpen los problemas técnicos, somos pobres”. Mi dinero sólo les había alcanzado para dos días de reventón, ahora no tenían ni para púas… pero no sonaban mal… ahí… vestiditos de mina, poniendo actitud.
Comencé a sentirme cómodo. La cosa por breves momentos se ponía glamorosa, como un respiro, pero lo cierto es que sonaban a rabia, a querer rajar tímpanos. Algunos de los que me rodeaban lo entendieron y comenzaron a moverse. Ramera movía cabezas… con sus silencios, con su ruido, con sus tonos, con lo que había. Un mover de 10 o 15 cabezas, sobre la oscuridad de Casa Encantada, que me costó mucho dinero pero fue delicioso. “Es cierto que tienen algo de farsantes, pero les queda bien”, me dije.
Luego caí en la cuenta de que “si no tenían ni púas”, para el momento en que “mis nenes” bajasen del escenario me vería abrumado por pedidos de tragos. Así que comencé a beber mis últimos pesos, con más avaricia que sed. Mi plan era simple: me embriagaría.
Di en el clavo, hasta parecía que sonaban mejor después del 4 escocés. “Si fueran los Roligns yo no me podría tomar ni una cerveza”, pensé. Para llegar al cenit de mi bienestar, ellos parecieron percatarse de mis planes. Sus miradas iban y venían frenéticas cada vez que yo aparecía con un nuevo trago… sólo para mí. Era fantástico, tocaban furiosos, extáticos, apurados, tal vez sedientos. Comenzó a sonar “Planta de Naranja”, cerré los ojos y dejé que el wisky lidie con la furiosa delicadeza de ese tema... al término del cual, pedí otro trago. Fue como ser un pirómano y tener una estación de servicio. Sus ojos, al verme con OTRO TRAGO en la mano, se desorbitaron… cuatro pares de pelotas blancas a punto de estallar de rabia. La cosa comenzó, al cabo de unos temas, a desmadrarse.
Me dio la impresión de que cuando vieron que mi paladar viraba del wisky al fernet todos tuvieron una perfecta excusa para dejar sus instrumentos. ¿qué tramaban? ¿sospecharían la sequía actual de mis bolsillos y futura de sus gaznates?... Comencé a observar sus movimientos. Deduje que intentaban liberar a un partizano, para que viniera a darme de ostitas por esquilmar el presupuesto familiar de manera egoista. Juan se paró de un salto y tomó el micrófono, pero en lugar de golpearme se puso a cantar; el gato tomó con la zurda el bajo para derechos y eso me pareció un movimiento sospechoso; la rata ocupó la batería; Fede… ¿Fede?… ¡había desaparecido!
Presentí la llegada de mi fin… me había metido con los Ramera, ahora estaba en un sitio oscuro sufriendo la certeza de que Fede vendría a estrangularme con una cuerda de guitarra… que por lo demás había pagado yo. Una mano se apoyó en mi hombro, desde atrás; y eso nunca es una buena noticia. Presentí la muerte y decidí hacer lo que venía queriendo hacer desde hacía tiempo: derramarme un vaso entero de fernet en la entrepierna y pegar un alarido bastante femenino… bueno, lo admito, me asusté.
“Viejito… una vez que nos venís a ver no podés estar tomando fernet… tomá”, dijo el pájaro y me extendío un wisky. Luego tomó la guitarra y corrió al escenario donde todo se desmadró para bien. Juan cantaba un furioso “I like to move it, move it… Who? Like to move it, move it”, la gente se estaba divirtiendo (algunos tenían esa graciosa carita de asombro; lo digo y lo repito: no cualquiera puede estar delante de los Ramera) y yo tenía un vaso lleno.
“Por la familia”, pensé antes de beber, nuevamente víctima de la placentera emboscada que representa cada recital de mis representados.

Nota póstuma: “Se busca señora que quiera adoptar a cuatro hermosos niños travesti y a un dinosaurio barrigón. Formamos un grupo humano cálido y narcodependiente. Tenemos mucho amor que ofrecer y a cambio no pedimos más que dinero. De estar interesada firme el libro de visitas de esta página dejando su número telefónico y cambie de psiquiatra. Desde ya muchas gracias, aunque se lo vamos a agradecer más cuando nos mantenga”.



EL GARCO QUE ME ACABO DE ECHAR ESTÁ INVADIENDO ORIENTE PARECIA QUE CAGUÉ GUISO DE LENTEJA, POR EL COLOR Y LA MONTAÑITA
q askette salame. Y EL BANDO, WOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, CAGUÉ AL DIABLO, mm, TREMENDO, hay sacale una foto asi le conocemos la caraa, YA TIRÉ LA CADENA, CREO QUE ESTÁ LEVANTANDO EL PISO, REVENTANDO LAS CAÑERIAS Y ARMANDO UNA REVOLCIÓN.






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